Animales de compañía y personas mayores: beneficios y responsabilidad
Los animales de compañía suponen para muchas personas mayores un apoyo, acompañamiento y estímulo en su vida diaria. Convivir con una mascota proporciona grandes beneficios a los mayores. Incluso existen perros de terapia que interactúan en residencias geriátricas y en clubs de jubilados por sus contribución al bienestar de los mayores. Sin embargo son seres vivos y también implican una responsabilidad que no todos los mayores están capacitados para asumir.
Beneficios de convivir con animales de compañía para los ancianos
La convivencia de mayores y mascotas proporciona distintos tipos de beneficios a estos. ¿Algunos de los más destacados?
- Proporciona apoyo y compañía. Así ayuda a evitar la soledad y problemas derivados de ella como la depresión.
- Da mayor sensación de seguridad a los mayores. Especialmente a los que viven solos ya sea en entornos urbanos o rurales.
- Ayuda a la socialización de los mayores: los animales de compañía actúan como facilitadores de relaciones sociales o para el inicio de conversaciones en la calle.
- Contribuye a facilitar la estimulación física y cognitiva de los mayores. Por ejemplo al recordar sus cuidados diarios, al ocuparse de su higiene o al sacar de paseo a un perro.
- Reducen el estrés y aumentan la autonomía y la sensación de ser útiles de los mayores.
La responsabilidad de los ancianos hacia sus mascotas
Pero para decidir la conveniencia o no para las personas mayores de convivir con animales de compañía, no solo se debe atender a sus beneficios. También a la responsabilidad que implica. Las mascotas son seres vivos que necesitan unos cuidados y atenciones, que sienten y padecen. Y que viven un número determinado de años de media, más o menos en función de su especie y raza. Esto implica una responsabilidad sostenida en el tiempo y diaria.
Antes de decidirse con adquirir o adoptar un perro, gato u otra mascota, el mayor debe tener claro lo que supone su tenencia. Debe plantearse qué hará con ella si sale de vacaciones. O si su salud empeora y no puede ocuparse del animal. Qué perspectivas tiene sobre su propio estado de salud y su esperanza de vida y si es compatible con la adquisición de un animal de compañía.
Obviamente nadie puede predecir el futuro. Pero, a priori, no es lo mismo ser una persona de 65 años activa y sana totalmente autónoma que ser una persona de 80 con problemas de movilidad, que ya necesita la ayuda de un cuidador de mayores a domicilio para sus cuidados básicos. Tampoco es lo mismo cuidar de un tipo de animal u otro. Es diferente un perro que necesita salir a diario haga sol, llueva o nieve, que una cobaya o un agaporni, que no deben salir del hogar, por poner algunos ejemplos.

Alternativas a la tenencia de animales de compañía por parte de ancianos
Puede ser complicado equilibrar los beneficios que proporciona interactuar con animales de compañía para los ancianos y la responsabilidad que implica a diario durante años. Pero hay alternativas que permiten aprovechar las primeras salvando la segunda. La principal es la acogida de mascotas.
Acogida de animales abandonados
Es común que protectoras de animales busquen personas y hogares para animales abandonados hasta lograr la adopción definitiva de estos. Esto permitiría al mayor convivir con un animal de compañía sin tener que preocuparse por el futuro del mismo si la salud del mayor cambia. Además, en muchos casos son las propias asociaciones quienes asumen el coste de mantenimiento de los animales de compañía. Algo importante para los mayores con menos recursos económicos.
No obstante, no todas las personas están preparadas para acoger a una mascota. Decirle adiós cuando encuentra adopción definitiva puede ser complicado si se han creado lazos emocionales muy fuertes. En ocasiones el apego pesa más que la razón.
Además, algunos animales al proceder de abandonos tienen problemas de conducta que hay que corregir o miedos que precisan atención especial. Si eliges esta opción, asegúrate de que en la protectora son conscientes de lo que como acogedor puedes ayudar al animal para que te asignen uno cuyo cuidado realmente puedes asumir.
Tener en cuenta cuestiones como tus capacidades, estilo de vida o las características del hogar deben valorarse a la hora de acoger un animal. Quizá no estés preparado para lidiar con un cachorro muy activo y juguetón pero sí con un abuelito de los que abundan en perreras y protectoras, por ejemplo.
Voluntariado con mascotas
Otra opción interesante es el voluntariado de mayores con animales de compañía. No es exactamente lo mismo que convivir con mascotas pero sí ayuda a los mayores a sentirse útiles, les estimula a salir y a mantenerse activos. Y con una responsabilidad acotada en el tiempo. Por ejemplo, acudiendo a una protectora local para pasear perros.
La mayor parte de protectoras necesitan la contribución de voluntarios para poder seguir funcionando. Si consideras que es lo que necesitas, consulta si existe alguna protectora en tu zona y si admiten voluntariado así como las condiciones de este. También si estás buscando alternativas para la adquisición de un perro o gato por parte de tus seres queridos mayores.
Valora los beneficios e inconvenientes de la convivencia entre animales de compañía y personas mayores para estos últimos, su salud y calidad de vida. También las alternativas existentes a la tenencia de mascotas o cuál sería la más adecuada en sus circunstancias.

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